Disfruta de unas vacaciones en barco

Vacaciones en barco

Las vacaciones en barco se pueden disfrutar de mil maneras. Y eso dependerá de las preferencias de cada uno. Los días en un barco pueden parecer todos iguales, pero siempre son todos diferentes e inolvidables.

Hay quien le encanta la vida a bordo, y solo bajar a tierra en ocasiones puntuales. Como por ejemplo hacer alguna excursión de algo bonito en la zona o simplemente pasear y estirar las piernas.

Hay quien le gusta navegar y cambiar cada día de cala. Y así probar los mejores restaurantes de la zona. Y también ver la puesta de sol en los beach club de moda.

Mucha gente que no sabe navegar y que no ha probado una semana de vacaciones en un barco piensa que es algo que no va con ellos o que es algo inalcanzable.

Aunque no sepas de navegación, puedes disfrutar de unas vacaciones de ensueño, simplemente reservando tu plaza o las plazas que necesites. O también puedes alquilar el barco entero con tu familia o amigos. Eso sí, si no tienes experiencia, siempre con patrón profesional. Tanto una opción como otra, las puedes encontrar en el buscador de navegaycomparte.com

En el barco tienes unas vistas mucho más chulas que las que se tienen desde la playa. No hay nadie que te ensucie de arena al pasar cerca. No hay agobios. Tienes tu sombrita reservada y tu nevera cerca para poder refrescarte cuando quieras.

Desde el barco accedes con facilidad a cualquier deporte acuático . Echarte un chapuzón para refrescarte a cualquier hora. Hacer snorkel y maravillarte de la vida marina del lugar. Explorar alguna cueva. Y si tienes el barco bien equipado, incluso hacer paddle surf o canoa.

Los amaneceres y los atardeceres desde el mar, ya sean desde una cala o en navegación son regalos para retina de cada uno, que proporcionan un relax perfecto en vacaciones.

En la vida a bordo las horas vienen marcadas por el sol y el estómago de cada uno. Da igual levantarse a las 8 que a las 10. Da igual comer a las 14 que a las 16. Es genial desconectar del reloj y del móvil y dejarse llevar, haciendo en cada momento lo que más apetece. El contacto tan cercano con la naturaleza, hace que sea fácil relajarse y disfrutar de todo de una forma especial.

En unas vacaciones en barco se dan lo que yo llamo dilemas vacacionales tipo ¿me doy otro bañito o hago una siesta? ¿me pongo a leer un libro o voy a hacer un poco de snorkel? ¿me tomo una cervecita fresquita o un zumo? ¿hacemos un tardeo en cubierta con copas y musiquita o bajamos a dar una vuelta en tierra y ver el sunset? ¡Qué dura es la vida a bordo! jeje

Como digo cada día es diferente, lo bonito es disfrutarlo a tope.

Un viaje se disfruta tres veces, cuando se prepara, cuando se vive y cuando se recuerda.

¿Comenzamos?